Me gusta viajar.
Me gusta haberme calado mientras
paseaba por el barrio de Montmartre. Haberme tomado una caipirinha (¿o fueron
dos?) en una terraza de Salvador de Bahía mientras veía la realidad del país en
un viaje de esos de pulserita y todo incluido. Mirar escaparates con vestidos
de novia que dejaban muy lejos el umbral del buen gusto en Estambul. Coger un
barco para cruzar el Bósforo y pisar Asia por primera vez. Me gusta haber hecho
turismo cervecero por Budapest. Volver dos meses después y ver la ciudad de
verdad. Me pasó como con Salamanca, necesité dos viajes para conocerla entra
resacas. Las dos me enamoraron. Me gusta la Alhambra. Me gusta volver a sitios
que pasé en el Camino de Santiago y verlos con más calma. Me gusta perderme, en
cualquier ciudad del mundo. Alejarme de la parte turística, sin rumbo fijo. Me gusta
buscar el secreto de Roma y no encontrarlo. Me gusta recordar la gotera del
hotel de Kata. Reírme al recordar cuando se me rompió el bikini en una playa
brasileña. Haber visitado Sofía un año después de vivir ahí y tener una
sensación rara, mezcla de vuelta a casa y turisteo. Me gusta LA playa. Que en
Viena el metro fuese “gratis”. Ir a Hamburgo sin ninguna expectativa y
enamorarme de la ciudad. Me gustan Turkish Airlines y Qatar Airways. Me gusta
el vértigo que siento desde la punta de la Torre Eiffel (me gusta ahora, la
primera vez que estuve en Paris, de pequeña, mi único recuerdo es llorar, histérica).
Me gusta comprar billetes de avión. Me gusta pasar un finde en Madrid sin ver
la luz del día. Me gusta pasear por Burdeos. Me gusta Irlanda, su verde, su gente, su todo.
Hasta me gusta haberme caído de una moto en Tailandia. Me gusta el turismo gastronómico.
Decidir no subir a la Torre Gálata y que los que sí subieron nos grabasen un
video de la puesta de sol desde allí, que vimos tras la cuarta cerveza.
Me gusta cuando los viajes salen según
lo previsto, pero me gusta casi tanto cuando hay fallos, anécdotas que
recordar.
De los viajes me gusta todo,
desde el momento en que piensas por primera vez en un destino hasta cuando los
recuerdas años después.
Me gusta tanto que hasta diría
que lo necesito.
Veo que compartimos el amor por viajar. Muy bueno. Me seguiré pasando
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